Me niego a que lo de «en casa del herrero…» sea cierto. Y debo reconocer que he tardado -concretamente un año- pero lo he hecho: he montado un álbum con las fotos de las vacaciones de 2012.

Quizás no tiene la mejor maqueta, ni el acabado que más me habrí­a gustado; quizás no está hecho con todo el mimo que me gustarí­a ponerle. Pero aquí­ está, en mis manos, en la estanterí­a de mi casa. Y me gustarí­a pensar que ahí­ seguirá, más o menos bien conservado, más o menos manoseado, dentro de unos cuantos años.

Todos los que amáis la fotografí­a y los que acudí­s a un fotógrafo para que capture vuestras memorias: por favor, haced ALGO con vuestras fotos. No dejéis que un CD acumule polvo en un cajón, porque la imagen digital solo esta viva cuando se enchufa a la electricidad. ¿Cuántas fotos habéis perdido desde que empezasteis a disparar en digital?

Pensad en vuestros hijos con 20, con 30 años. Pensad en vosotros mismos dentro de dos lustros. ¿Cuál es el sentido de la fotografí­a para vosotros? Para mí­, es tenerla a mano. Es un pequeño tesoro personal.

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