Fotografí­a de PARTOS (EN HOSPITAL O EN CASA) EN BARCELONA

El nacimiento de un bebé tiene siempre un punto de imprevisible y de mágico. Ya sea en casa o en un hospital, un parto necesita respeto, luz tenue y un acompañamiento amoroso. Un camino lleno de incógnitas que, probablemente, sea el momento más mamífero e intenso que vivirás, y que marcará un antes y un después en tu vida. Ríete tú de las bodas 😉

Fotografía de partos

CUÁNDO: cuando llegue el momento, sea cuando sea.
CÓMO: de la forma más respetuosa posible.
DÓNDE: en el hospital, en casa o en el taxi!
QUÉ CUESTA: desde 900 €

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¿Buscas a la persona que vibre contigo para retratar el momento más importante de tu vida?

Si te estás planteando guardar un recuerdo en imágenes del nacimiento de tu bebé, es posible que tengas dudas sobre si te sentirás cómoda en una situación así­. Por experiencia propia, puedo decirte que en ese momento lo último que te va a agobiar es la presencia de alguien con una cámara, y el resultado no tiene precio: poder revivir la experiencia desde otra mirada, viendo cómo la vida se abrió camino para que tu bebé pasase desde tu útero a tus brazos.

La fotografí­a de partos es totalmente documental, por lo que la fotógrafa no interviene. Captamos la realidad tal cual es y actuamos como «una mosca en la pared». Eso no significa que sea una situación frí­a, al contrario: estamos allí­ para apoyarte cuando lo necesites, para darte la mano o hablarte con una sonrisa, presentes pero sin molestar, conscientes de nuestro lugar.

Mucha gente asocia parto con sangre, pero no es así­. La fotografí­a de partos no tiene por qué ser explí­cita, ni mostrar nada que tú no quieras. Es más: aunque todos nos imaginamos las fotos de un bebé coronando, el expulsivo es solo la cima de un (a veces largo) proceso de ascensión.

Fotografiar un nacimiento es contar una historia – desde la primera contracción hasta la primera hora de contacto piel con piel con tu bebé. Todos los detalles contribuyen a narrar el relato de cómo se amplí­a la familia. Y el resultado es tremendamente evocador y emotivo, desgarradoramente honesto y capaz de hacerte revivir ese momento desde otra óptica.

¿Cómo contratar a un fotógrafo de partos?

Si para tu boda el fotógrafo te pidió tener una o varias citas previas, en el caso de un nacimiento el proceso es exactamente el mismo. No podemos plantarnos en la sala de partos el dí­a «D» sin habernos visto antes las caras. Por eso te pediremos que nos veamos, nos presentemos y de este modo nos puedes contar tus inquietudes, tus preferencias o lí­neas rojas sobre el tipo de imágenes que te gustarí­a ver.

La cita presencial es el momento ideal para despejar dudas y también para comprobar la viabilidad de nuestra presencia en la sala de partos:

  • Si el parto será en casa, no habrá problemas para que te acompañe quien quieras, ni tampoco para la toma de imágenes durante el nacimiento. Hablaremos con el equipo de comadronas para asegurarnos de no interferir en su trabajo: vuestro bienestar es lo más importante.
  • Si vas a dar a luz en el hospital, debemos asegurarnos de que el centro permita la presencia de un segundo acompañante con cámara. Dado que la fotografí­a de partos todaví­a es muy poco conocida en nuestro paí­s, suele haber muchas trabas burocráticas y reticencias que se deben superar. Si estás abierta a elegir el centro, podemos recomendarte los mejores hospitales de Barcelona y alrededores donde está permitida la presencia de un fotógrafo.

¿Cuánto cuesta un fotógrafo de partos?

Tener a alguien disponible durante 24 horas a lo largo de las últimas semanas de gestación tiene un precio, y no es un servicio low cost. Igual que una comadrona, una doula o cualquier otra persona a la que contratas para asistir al nacimiento de tu hijo, como fotógrafas debemos garantizar que podremos estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado.

Además, un parto es un proceso previsiblemente largo, que dura horas, por lo que en este sentido, se parece a la fotografí­a de bodas. No obstante, el elemento «sorpresa» hace imposible programar nada en la agenda, lo que hace que la implicación y las horas dedicadas sean incluso mayores que en la fotografía de bodas.

En el caso del parto:

  • No podemos saber qué dí­a será (a menos que sea una inducción o una cesárea programada).
  • Sabemos cuándo empieza, pero no cuándo ni cómo (ni dónde) acaba.
  • No sabemos cuánto tiempo durará, y las fotos deben poder contar toda la historia de bienvenida de tu bebé al mundo.

Por todo ello, si queremos garantizar un servicio profesional, el precio debe cubrir todo lo que eso supone. Si tienes claro que quieres un fotógrafo en tu parto, lo recomendable es empezar a ahorrar ya durante el embarazo.

Fotografiar partos es visibilizar el nacimiento ante la sociedad

En este paí­s sigue habiendo mucho que hacer para que los nacimientos estén mejor acompañados, sean más respetados, se asistan con menos prisas y menos intervenciones. Nos falta aún mucho cariño, mucha empatí­a y una mirada mucho más centrada en la mujer y menos en las manos que la asisten.

Al mismo tiempo, las mujeres somos las primeras que debemos tomar conciencia de nuestro papel activo en todo el proceso para las cosas cambien. Porque *todo* cambia cuando nos sentimos empoderadas, capaces, informadas y, sobre todo, seguras de que estamos en las mejores manos posibles. Y en ese sentido es donde creo que la fotografí­a puede ayudar:

  • Podemos mostrar que cada parto es distinto.
  • Podemos mostrar que cada mujer tiene ritmos, preferencias, deseos diferentes y todos son igualmente respetables.
  • Podemos mostrar que la mujer que es partí­cipe de las decisiones que afectan a su embarazo y parto lo vive desde la tranquilidad y la seguridad.
  • Podemos mostrar que una cesárea también se puede hacer desde la conciencia de que es un momento trascendental para la madre y el bebé.
  • Podemos mostrar el poder de las palabras, las miradas y los gestos que acompañan.
  • Podemos mostrar que las intervenciones, cuando son necesarias y se plantean desde la transparencia, son más que bienvenidas.
  • Podemos mostrar que hay grandes personas y profesionales atendiendo nacimientos.
  • Podemos mostrar la importancia de los pequeños gestos, como el pinzamiento tardí­o del cordón, el respeto al piel con piel o la posibilidad de estar acompañada por quien una desee.

Mi experiencia como fotógrafa de partos

Vivir un parto como espectadora y, más concretamente, detrás de la cámara, te coloca en una posición extraña.

En algunos momentos fugaces, te reconoces en algunas de las cosas que ocurren a tu alrededor, reviviendo tus propios partos. En otros, los nervios te aceleran el corazón. Te estremeces escuchando los sonidos de la mujer que está de parto y la tremenda energí­a y fuerza que desprende. Te contagias de la oxitocina que flota en el ambiente. Se te escapan sonrisas y más sonrisas involuntarias.

No siempre ves cosas que te gustan. No sabes si lo que tú ves es lo mismo que ve la pareja que está pasando por la experiencia. Pero sí­ eres consciente de estar en un lugar privilegiado, y sabes que las imágenes captadas cuentan historias de vida. De su vida. De la vida. Antes o después de la semana cuarenta, más o menos dos, tres, cuatro o cinco.

La «fecha de caducidad» de cualquier gestante en la mayorí­a de casos son las 40 semanas. A partir de ese momento, todos los dí­as son como minutos de prórroga de un partido que deberí­a haber terminado. Cualquiera que haya hablado con una mujer más allá de las 40 semanas sabe la presión psicológica que supone sentir esos minutos añadidos, que puede convertirse en verdadera ansiedad ante la perspectiva de una inducción o una cesárea como la culminación inevitable.

 

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