Los que me seguís la pista en las diversas redes sociales seguramente ya sabéis que durante el mes de febrero propuse en Instagram que, quien quisiera, se uniese a un hashtag común para retratar nuestra vida «sin edulcorar»: tal cual somos, sin bodegones ni puestas a punto; sin preparación previa, sin dejarlo todo arreglado y bonito para la foto.
El propósito del experimento era darnos cuenta todos de que la aparente vida aburrida de nuestro día a día esconde también pequeñas joyas y momentos más que dignos de retratar. Y, de paso, animar a todo el mundo a imprimir de la forma más rápida a inmediata posible un pequeño álbum del segundo mes del año.
El resultado fueron miles de fotos subidas con el hashtag a lo largo del mes, y un verdadero colapso por mi parte al no alcanzar a verlas todas a pesar de conectarme dos veces al día para ello 😛
Pero #febrerosinedulcorantes también implicaba un pequeño concurso. Cuando terminó el mes, me tocó la ardua tarea de elegir a un ganador para ir a retratar su vida diaria. El género lifestyle es un tipo de fotografía que me encanta explorar y que creo que se merece mucho más reconocimiento del que tiene: porque es tu vida, tu espacio, tu ambiente, tu gente; son recuerdos reales de algo que te resulta muy familiar.
Y así fue cómo de un hashtag salió Laia y sus padres, Estefanía y Jordi:
Si te ha gustado, puedes ver más sesiones de este estilo en mi web http://www.xuloxulo.com