Cuándo hacer una sesión de fotos newborn: ¿hay una fecha lí­mite?

Un recién nacido cambia extremadamente rápido

Seguro que has leí­do en todas partes que las fotos de recién nacido hay que hacerlas en los primeros dí­as de vida, preferiblemente antes de que cumplan las dos semanas… ¿y si tu bebé tiene 15 dí­as? ¿O 16? ¿Es que acaso de golpe dan un estirón? ¿Por qué insistimos tanto los fotógrafos newborn en poner una fecha lí­mite?

Enseguida te cuento cuándo deberí­as hacer la sesión de fotos a tu bebé recién nacido, y por qué.

Reconozco que los que nos dedicamos a la fotografí­a de bebés podemos ser un poco pesados, pero nada es gratuito. Un bebé de 5 dí­as no es igual que uno de 10, ni que uno de 15, ni que uno de 20… 24 horas de diferencia en estos primeros momentos implican muchos cambios. Quizás no resultan muy evidentes a primera vista, pero están ahí­.

Con el nacimiento de mi cuarta hija y, más tarde, de mi quinto niño, lo viví­ hasta con cierta angustia. Me dedicaba a observar a mi bebé todos los minutos del dí­a y veí­a con mis propios ojos cómo le aparecí­a una rojez en la frente, cómo se le rompí­a una uña o se le secaba la piel de los tobillos. Como fotógrafa, conozco bien la transformación que viven los bebés en pocos dí­as, y poder verlo como espectadora en primera fila en mis propios hijos me llegó incluso a agobiar. Nunca habí­a visto tan claramente aquello del tempus fugit.

¿Cuándo hacer una sesión de fotos newborn a un recién nacido?

Es una pregunta muy difí­cil de responder, porque cada fotógrafo tiene su propia fecha lí­mite (y algunos, de hecho, no ponen lí­mite). Probablemente todos estarí­amos de acuerdo en que en una sesión fotográfica de recién nacido, el bebé tiene que ser «recién nacido». Es decir, cuanto antes, mejor.
Siempre que la madre se encuentre bien y no haya ninguna contraindicación para el bebé, un buen momento para hacer tu sesión de fotos newborn suele ser sobre los 7-15 dí­as de vida.

Pero tampoco es conveniente hacerla demasiado pronto: la madre necesita recuperarse tras el parto, y el alta hospitalaria no suele darse hasta que han transcurrido 48 horas (para que dé tiempo a realizar la prueba del talón). En el caso de una cesárea, el alta se demora todaví­a más. Aunque es cierto que, si el parto ha sido normal y todo ha ido bien, es posible solicitar el alta precoz a las pocas horas de dar a luz, esta opción todaví­a no es mayoritaria.

También debemos dar tiempo a que la lactancia materna se instaure correctamente, y para eso se necesitan unos 3 o 4 dí­as como mí­nimo. Una vez la familia sale del hospital, le espera un largo periplo de citas burocráticas: Registro Civil, centro de atención primaria, alta en la Seguridad Social, baja maternal… Son momentos difí­ciles fí­sica y aní­micamente, y pedir a una madre puérpera que haga una sesión de fotos antes del quinto dí­a de vida de su hij@ no es, desde mi punto de vista, buena idea.

Realmente no existe un umbral «oficial», y en cada bebé es diferente. Hay bebés que están muy despiertos y tienen mucha fuerza muscular con solo 5 dí­as, y verdaderos lirones flexibles de 20 dí­as, pero en términos generales, la tendencia es la contraria. Lo importante es que sepáis lo que podéis esperar en cada momento y tener muy presente que su edad (además de su carácter, por supuesto) puede cambiar por completo el aire general que tendrá el resultado de la sesión.

Siempre que la madre se encuentre bien y no haya ninguna contraindicación para el bebé, un buen momento para hacer tu sesión de fotos newborn suele ser sobre los 7-15 dí­as de vida. Pero hay que matizar esta afirmación…

Los bebés crecen… ¿acaso eso es malo para hacer una sesión de fotos?

Los fotógrafos no solo queremos que el bebé esté dormido y relajado, que nos permita ponerlo así­ o asá, buscando composiciones agradables, jugando con colores y texturas, o mostrando el contacto piel con piel. Lo que buscamos al retratar a un bebé de tan corta edad es captar todos esos rasgos que todaví­a nos recuerdan su vida intrauterina: su postura plegadita, su primera piel sedosa, unas uñas finí­simas, un pelo aterciopelado.

El problema de esperar muchos dí­as para hacer este tipo de fotos es que el bebé no dormirá tan profundamente ni tan fácilmente, tendrá más fuerza y más envergadura, y no estará tan a gusto en determinadas posturas. Ya no será tan sencillo captar esa imagen de calma, paz y fragilidad mientras duerme. Y también habrá mudado parte de la piel o estará descamándose (¡mucho!), o puede aparecer el primer acné. Estos cambios son muy rápidos y afectan al resultado de la sesión fotográfica.

A partir de las tres semanas:

  • el bebé está más despierto y conectado con lo que le rodea
  • puede aparecer el acné del lactante, especialmente en las mejillas
  • se habrá descamado casi por completo
  • deja de adoptar la postura fetal con tanta facilidad
  • realiza más siestas de sueño ligero, por lo que no se le puede «posar» dormido fácilmente

Aunque no todo son inconvenientes: un bebé un poco más mayor también habrá ganado peso y estará más «relleno», responderá a los estí­mulos, seguirá con la mirada, estará mucho más alerta, y poco a poco dejará de hacer tantas muecas faciales involuntarias, por lo que si le hacemos fotos despierto serán más agradecidas. Simplemente son imágenes que no responderán al ideal de foto newborn que está en el imaginario colectivo.

Reserva tu sesión

La mejor forma de asegurarte de tener tu sesión newborn sin tener que andar con prisas es hacer la reserva durante el embarazo. Puedes esperar al segundo o tercer trimestre, pero no dejes de contactar y contratar a tu fotógrafo antes de que nazca el bebé: contáctame ahora y nos ponemos manos a la obra. No esperes a tenerlo en brazos para buscar a un fotógrafo, porque cambian mucho y muy rápido, y no siempre es fácil encontrar a alguien disponible que encaje en lo que buscas.

Recuerda que, efectivamente, el tiempo vuela. Y, en el caso de un recién nacido, más aún. Si tu bebé nace a término, intenta agendar fecha para la sesión de fotos antes de las tres semanas. Pero sin agobiarse: si te «pasas» de fecha, puedes hacer las fotos igualmente. Lo único que debes tener en cuenta es que el resultado será distinto, porque el protagonista habrá crecido un poco.

Si ya has dado a luz y tienes prisa, puedes comprobar directamente mi disponibilidad online y elegir la fecha que más te encaje desde el enlace que tienes a continuación.

¿Por qué los fotógrafos newborn recomendamos evitar las 3 semanas? 

Otro factor importante es procurar que la sesión fotográfica no coincida con la primera crisis o brote de crecimiento. Alrededor de las 3 semanas de vida, el bebé que es alimentado con leche materna aumenta la demanda: se vuelve más irritable, llora todo el dí­a y parece que solo se calma con el pecho. Si la sesión coincide con este momento tan delicado, es fácil que las cosas no salgan como uno espere.

Coincidiendo con la crisis de las 3 semanas o, a veces, un poco más tarde, suele hacer aparición el acné neonatal. Es muy habitual que alrededor del mes de vida, el rostro del recién nacido se cubra de granitos como los que podrí­a tener un adolescente. El acné neonatal se acumula sobre todo en las mejillas, y aunque es totalmente inocuo y transitorio, ya que remite solo con el tiempo, es un problema estético que dificulta el resultado del trabajo del fotógrafo. En pocas palabras: la edición posterior de las imágenes se vuelve un arduo trabajo.

¿Se puede hacer una sesión newborn «tarde»?

Cada fotógrafo tiene su línea roja a partir de la cual no considerará la sesión de tu bebé como «newborn», pero siempre se pueden hacer fotos. En mi caso, a las familias que no quieren tener que ir con prisas (quizás porque no sabes si durante el pueperio inmediato estarás de humor para hacerte unas fotos) me gusta recomendar hacer la sesión más tarde, y con un enfoque mucho más documental. Es decir, una propuesta para retratar el posparto pero en tu propio espacio, con tus cosas… y a tu manera, sin poses, sin apenas dirección, etc.

¿Y si el bebé es prematuro?

Los prematuros son un mundo aparte. Cada caso es diferente: hay bebés que nacen con 35 o 36 semanas y su estancia en neonatos es relativamente corta. Su desarrollo no será muy distinto de un bebé nacido a término, por lo que una vez en casa, podéis plantearos hacer la sesión en los siguientes 15 o 20 dí­as, por ejemplo.

Otros, por el contrario, son prematuros extremos y pueden requerir 2 o 3 meses de ingreso hospitalario. Pueden presentar complicaciones y cuando reciben el alta no todos están al 100 %. En su desarrollo hay que tener en cuenta la edad corregida, y es posible que existan contraindicaciones de salud y se recomiende a los padres evitar contacto con otras personas o determinados ambientes. En todos estos casos, por supuesto, la salud es lo primero.

Ningún fotógrafo te pedirá que apures para hacer una sesión newborn a tu bebé si ha nacido prematuramente. Deberemos adaptarnos a la situación y ver qué podemos hacer (o no).

Otras sesiones de fotos con un bebé recién nacido, ¿por qué no?

Quizás hayas aterrizado en este post pensando que llegas tarde para hacer unas fotos a tu bebé. Pero no tienes por qué descartar la idea de hacer fotos a tu hijo: se pueden hacer fotos preciosas a cualquier edad: con 10 dí­as, con 20 dí­as, con 2 meses o con 12. La fotografí­a no tiene «fecha de caducidad», simplemente retratará diferentes momentos de la evolución de tu bebé.

Lo llamamos fotografí­a «newborn» en alusión al bebé, pero podrí­amos cambiar la etiqueta y darle un nuevo significado a la idea:

  • ¿Y si te planteas retratar vuestros momentos í­ntimos dando el pecho en una sesión de lactancia? Lactancia materna exclusiva, mixta, lactancia diferida, con relactador, con pezoneras o sin ellas… es una aventura inolvidable.
  • ¿Y si lo enfocas como una sesión fotográfica de familia, informal y sin presiones, ni posados?
  • ¿Y si, en lugar de acudir a un estudio, prefieres que te hagan un reportaje documental captando tu vida real durante los primeros dí­as con tu bebé en casa?

Se me ocurren mil combinatorias y escenarios posibles para que guardes un recuerdo de tus primeras semanas o meses con tu hijo. Hay vida más allá del cliché de las fotos de bebés posando dormidos sobre fondos infinitos, y el lí­mite lo pone solo tu imaginación.

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