Estás harta, no puedes más: se acabó. Quizás estáis saliendo de una crisis de crecimiento, o has sufrido huelgas repetidas (los bebés también hacen huelga de la teta), o mastitis de repetición, o agitación del amamantamiento, o quizás aún no te ha venido la regla y quieres quedarte embarazada de nuevo… o, simplemente, sientes que ha llegado el momento.

En realidad, no necesitas un pensamiento racional, ni un motivo especí­fico. Es posible que quieras poner punto y final a la lactancia, sin más. ¿Cómo se puede destetar sin traumas y de la forma más respetuosa posible?

No consigo destetar a mi bebé de X meses

Cuanto más pequeño sea tu bebé, más sencillo será el proceso – más fácil te resultará ir retirando tomas paulatinamente y sustituyéndolas por leche artificial. Lograr un destete respetuoso de un bebé de pocos meses de vida no suele ser especialmente complicado, ya que se puede hacer de forma progresiva e ir introduciendo los cambios a su ritmo.

En cualquier caso, lo primordial es tener paciencia, y echar mano de todos los recursos que tengamos.

  • Por ejemplo, si el bebé nunca ha tomado biberón y rechaza la tetina, podemos ofrecerle la leche en jeringa, en cuchara o incluso en vaso.
  • También podemos intentar que sea otra persona la que ofrezca la leche artificial: el padre, los abuelos…
  • Para facilitar el proceso, es importante procurar que el destete no coincida con muchos cambios vitales a la vez (guarderí­a, traslado, vuelta al trabajo de la madre…).

A medida que crece, cuando pensamos en retirar el pecho las cosas se complican: tu hijo toma más consciencia de la teta, sabe pedirla activamente, se enfada si no se la das… porque también es un poco “suya”. ¿Cómo puedes abordar el destete de niños “mayores”?

Destete rápido: ¿es posible?

Conviene ser consciente de que, independientemente de la edad, un destete rápido y brusco no suele ser buena idea, no solo para el bebé sino también para la madre, ya que debemos dar tiempo al pecho a regular la producción y evitar así­ posibles ingurgitaciones mamarias, mastitis y otras complicaciones.

Aun así­, no siempre es posible hacerlo de manera gradual por circunstancias varias: quizás haya una urgencia médica o algún tipo de contratiempo vital que os obligue a dejar la lactancia de forma brusca. Si es tu caso y necesitas destetar rápido, para ayudarte, puedes utilizar un sacaleches para descongestionar (lo suficiente para que no haya problemas, pero sin pasarte o estimularás más la producción).

¿Cómo destetar a un niño de 2 años (o más) sin que sufra?

Efectivamente, el destete es muy distinto en función de la edad del bebé, además del carácter que tenga. Mientras que un bebé de pocas semanas no tendrá prácticamente ni voz ni voto, para un niño de dos años que ha estado tomando pecho a demanda y sin restricciones, el final de la lactancia puede ser un proceso muy duro, y se opondrá con todas sus fuerzas.

Fotografí­a de una madre amamantando a su bebé

Una vez tomada la decisión, toca plantearse cómo ponerla en práctica. Existen varios abordajes para aplicar al destete, y tu elección deberí­a guiarse por lo que creas que te resultará más cómodo o efectivo en tu caso: recuerda que solo tú sabes cómo es vuestra lactancia.

  • Un clásico es el “no ofrecer, no negar”: se trata de no ofrecerle el pecho, pero no negárselo si el bebé lo pide (aunque se puede intentar acortar la toma proponiendo alguna actividad alternativa). La realidad es que no suele resultar demasiado o nada efectivo como método de destete. Si has amamantado a un niño de 2 años, sabes a lo que me refiero: ellos exigen continuamente.
  • Otra posibilidad es practicar directamente el arte de la distracción, de modo que cuando tu hijo pida mamar, le ofrezcas hacer otra cosa que resulte mucho más interesante. Este abordaje requiere mucha creatividad, imaginación y reflejos, además de contar con el apoyo de la pareja o el resto de la familia.
  • También hay quien opta por ponerse unas tiritas en el pecho y contarla al bebé que la teta tiene “pupa”. Algunos bebés reaccionan muy bien a la idea, son muy empáticos y quieren cuidar a mamá. Otros tienen más dificultad para comprender el concepto o, directamente, arrancan las tiritas de un manotazo para acceder a su querida teta. Una vez más, solo tú conoces a tu hijo.
  • En último lugar, siempre cabe la posibilidad de separarse del bebé unos dí­as, con la esperanza de que pierdan el reflejo de succión. Es la opción menos respetuosa, y también requiere contar con la ayuda de la pareja u otro familiar. Una variación de esto mismo suele aplicarse cuando solo buscamos el destete nocturno (es lo que se conoce como “plan padre”).
fotografí­a de lactancia y destete en Barcelona

Acompáñale emocionalmente durante el destete

Hagas lo que hagas, ten en cuenta que deberás acompañar a tu hijx emocionalmente y ofrecerle mucho amor para compensar la pérdida del pecho. El destete de bebés “mayores” puede ser un proceso largo y complejo, y dependerá mucho del carácter de tu hijx, pero por lo general no es algo agradable sino doloroso: habrá llantos y rabietas, y necesitará grandes dosis extra de paciencia, muchos besos y mimos.

  • No te cortes y ábrazalo y bésale más que nunca, no se me ocurre mejor momento que este para demostrarle cuánto le quieres. Al mismo tiempo, valida sus sentimientos, no los niegues: probablemente se sentirá desconcertado y triste (y quizás tú también).
  • Anticí­pate al momento: si ya es capaz de entender, cuéntale que la lactancia está tocando a su fin y que esto se acaba. No hace falta que se lo digas con semanas de antelación, con contárselo el dí­a antes es suficiente. Hazle partí­cipe del cambio, verbaliza todo lo que va a ocurrir. Para esto también puedes apoyarte en libros como el maravilloso “La fiesteta” de Miriam Tirado.
  • Sé creativa, necesitarás echar mano de múltiples recursos y adaptarte a la situación sobre la marcha. Llena los huecos que antes ocupaba la lactancia con otras actividades: masajes, cuentos, canciones…
  • Abre tu mente, ten cuidado con tus expectativas y permí­tete sentir a ti también.
  • Y, sobre todo, recuerda que si no estás plenamente convencida siempre puedes dar marcha atrás. Vuestra lactancia es vuestra, solo vosotros sabréis encontrar el mejor momento y la mejor forma de terminarla.
fotografí­a del proceso de destete, madre y bebé

Destetar sin que sufra… la madre

Cuando hablamos del destete, todos solemos centrar la mirada en el bebé y su bienestar: queremos que resulte un proceso lo menos doloroso posible, que se sienta acompañado, que se respeten sus ritmos. Pero… ¿y las madres?

La lactancia es una etapa efí­mera, y del mismo modo que tiene un inicio, también tiene un final. Un final que también te afecta a ti, como mujer, porque por algo la lactancia es cosa de dos. Y por más convencida que estés de tu decisión, te aseguro que cuando llega el momento, siempre resulta agridulce. De hecho, es posible que ni siquiera seas tú la que tome la decisión de destetar, y que sea tu bebé quien abandone el pecho por su cuenta – pero no por eso te dolerá menos; de hecho, a veces, nos deja tan desconcertadas que no sabemos cómo reaccionar.

Como madre de familia numerosa he tenido experiencias de destete distintas (forzoso por cuestiones médicas, a iniciativa del bebé, gradual…), y puedo asegurar que cuando la lactancia termina, siempre pasamos un proceso de duelo: te sientes triste, sabes que eso ya no volverá. No lo digo solo yo – somos muchas mujeres las que echamos de menos los momentos especiales de la lactancia cuando ésta termina: el contacto fí­sico, la mirada amorosa, poder consolarlo y dormirlo con el pecho…

También es normal sentir miedo e incertidumbre, pero piensa que tú eres más que una teta: eres su madre. Y, aunque parezca que la teta lo cura todo, encontrarás otras maneras de aliviarle, acunarle, socorrerle y nutrir vuestro ví­nculo. La culpa, ese sentimiento tan asociado a la maternidad, también suele hacer acto de presencia durante el destete. Y todo ese vací­o emocional puede costar un tiempo de superar.

sesión de fotos de lactancia en Barcelona

Cómo superar el destete: inmortaliza la lactancia con fotos para que duela menos

En mi trabajo como fotógrafa, muchas mujeres me han contado que se arrepentí­an de no tener apenas ningún recuerdo en imágenes de la lactancia con sus hijos. Por eso estoy convencida de que una sesión de fotos de lactancia puede ser una bonita forma de despedirse de esta etapa fugaz en vuestra historia juntos y atesorarla en forma de imágenes para siempre.

Te contaré algo muy personal: apenas tengo ninguna imagen dando el pecho a mi primer hijo – fue una lactancia breve y poco disfrutada ya que el bebé nació con una cardiopatí­a y pasé unos meses de muchí­simo estrés emocional. Sin embargo, darí­a lo que fuera por poder verme ahora, en retrospectiva, y rememorar todo lo vivido – a pesar de lo fugaz que fue y de lo mal que lo pasé.

Ahora que estoy planteándome destetar a mi quinto (y último) elemento, tengo muy claro que haré lo propio y no pienso quedarme sin fotos de nuestro momento.

Seguro que una foto no podrá devolverte su calor ni su contacto, pero sí­ te ayudará a revivir esa mirada única de amor. Podrás recordar el poder curativo de la teta, o cómo se le poní­an los ojos en blanco de placer por el efecto somní­fero de la leche.

El pecho es mucho más que alimento: es consuelo, es refugio, es cariño, es un abrazo de amor envolvente. Es un ví­nculo vital ente tu bebé y tú, como un segundo cordón umbilical que os sigue uniendo fuera del útero. Conservar imágenes de esos momentos tan í­ntimos te ayudará a llevar mejor la despedida, y a recordar (tanto tú como tu bebé) con una sonrisa todo lo que habéis vivido juntos.

¡La fotografí­a quizás no tenga los mismos superpoderes que la teta, pero ayuda!

Si necesitas leer más tips sobre destete, no puedo dejar de recomendarte que eches un vistazo al maravilloso blog de LactApp, y que te descargues la app para acompañarte en todas las etapas de tu lactancia, de principio a fin.

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