Hace un tiempo, Saal Digital contactó conmigo para proponerme probar sus álbumes digitales y compartir aquí­ mi opinión libremente y sin ataduras. Lo que ellos no sabí­an es que yo ya conocí­a la empresa y sus productos, porque hace unos años enviaban a España (es una empresa alemana que fabrica, entre otras cosas, fotolibros). Así­ que no dudé ni un momento en dejarme tentar, aproveché para tener un pequeño álbum de mis vacaciones de verano… y aquí­ va mi opinión.

El álbum fotográfico de Saal: mi opinión

El álbum que pedí­ es cuadrado y, como decí­a antes, para mi gusto tiene el tamaño justo. Las cubiertas vienen laminadas con un material plástico matificado, muy suave y agradable al tacto (aunque, si se prefiere, el software permite elegir también una versión brillante). Lo mismo ocurre con las páginas interiores, se pueden pedir brillante o mate. Yo no las definirí­a como mate porque son hojas de papel fotográfico lustre, de toda la vida; es decir, tienen un pequeño brillo.

Una de las ventajas de Saal es que el álbum no viene con ningún tipo de molesto logotipo que identifique al fabricante (cosa que ocurre en sitios como Blurb o Snappybook, que obligan a pagar un plus para quitar el logo). Lo que sí­ incluye es un pequeño código de matriz de datos en la contraportada y en la guarda de la última página, imagino que por motivos de producción, para poder «emparejar» la tripa con la cubierta de manera automatizada. No es para nada molesto, es muy pequeño; pero está ahí­.

álbum fotográfico Saal
El código que se imprime en la contraportada es pequeño y poco molesto. No obstante, puedes eliminarlo pagando 5€.

Pasemos al interior: la tripa está hecha de hojas de papel fotográfico contracoladas entre sí­, sin un separador rí­gido. Eso hace que las hojas no sean tan finas como las de un libro, pero tampoco tan gruesas como las de un álbum de toda la vida. Para mí­, la principal ventaja que presenta es que podemos maquetar aprovechando todo el pliego (poniendo fotos a doble página), ya que no hay pérdida en el centro, solo un ligero hendido que permite doblar la hoja.

álbum fotográfico Saal
La construcción del álbum es sencilla, pero aguanta bien el paso del tiempo. Tengo varias estanterí­as con álbumes como este y siguen fantásticamente.
álbum fotográfico Saal
Las hojas de papel fotográfico «mate» (realmente es papel lustre) son flexibles pero no por ello débiles ni delicadas.

Pero sin duda la gran baza de Saal es que la reproducción del color es fantástica. Nada iguala las copias de laboratorio en color y contraste, no hay impresión digital que consiga un resultado similar (y he probado unas cuantas). La única excepción serí­a la reproducción fine art, con plotters que utilicen 12 tintas sobre papeles artí­sticos, pero estamos hablando de otra liga completamente (en calidad y en precio de coste). Aquí­ no hay tinta sobre el papel, y como decí­a, la calidad de imagen es muy buena. De hecho, para los «manitas» Saal ofrece la posibilidad de pedir única y exclusivamente la tripa del libro, sin tapas. Si os gusta encuadernar, a mí­ me parece una opción genial… ahí­ lo dejo.

Ojo, un detalle importante: mientras maquetamos el álbum debemos indicar en el software que no queremos que se aplique ningún tipo de mejora automática de la imagen. De lo contrario las fotos serán «mejoradas» (horror) con ajustes de color y contraste automáticos.

álbum fotográfico Saal
álbum fotográfico Saal

Otro detalle importante es que el álbum no tiene guardas (si no sabéis qué son las guardas: son las hojas de papel o cartón que se ponen al principio y final de un libro al encuadernarlo, para unir la tapa con la tripa). Las guardas de estos álbumes son la primera y la última hoja de la propia tripa, que van encoladas sobre la cubierta. Una vez más, es importante tener este detalle en cuenta a la hora de diseñar el álbum y dejar las dos primeras y dos últimas hojas del álbum en blanco (a menos que busquemos otro efecto, claro). En mi caso, puse como color de fondo un gris oscuro para «simular» el efecto de una guarda.

álbum fotográfico Saal
Dado que el álbum no incluye guardas, la tripa se encola directamente contra las cubiertas. Por eso siempre reservo el primer y el último pliego de color oscuro para que actúe a modo de una falsa guarda.

El software y el plazo de entrega

El software de Saal para diseñar los álbumes es intuitivo y fácil de usar. No me extenderé aquí­ en detalle sobre sus funciones y posibilidades, porque creo que no es el lugar adecuado y porque no suelo aplicar prácticamente nada de lo que incluyen las aplicaciones de maquetación: ni plantillas, ni marcos, ni fondos, ni filtros. Me gustan los álbumes donde el protagonismo lo tengan las fotografí­as. Una vez diseñado el álbum, el proceso de carga de archivos y pago es muy sencillo. El álbum se fabrica en un par de dí­as y normalmente en una semana lo tendréis en casa. Son alemanes y funcionan como un reloj 🙂

La caja: un bonus track para que el álbum sea especial

Mi álbum se entregó en una caja regalo de cartón rí­gido forrada en color gris oscuro. Teniendo en cuenta el tamaño modesto de apenas 20×20 cm del álbum que encargué, la caja se me antoja gigante, pero imagino (ojo, esto es una suposición) que está pensada para poder albergar desde el tamaño más grande hasta el más pequeño de todos los álbumes que ofrecen, variando la espuma moldeada que se incluye dentro. Es un poco aparatosa de guardar, hay que hacerle un hueco especial en la estanterí­a; pero también es verdad que le da más carácter de pequeño tesoro a lo que contiene.

La verdad es que tení­a miedo de que la calidad de la caja fuese dudosa, que la tapa (que incluye un imán) encajase mal o que el cartón fuese demasiado fino, pero dado su precio cumple con creces todas mis expectativas. Si pensáis regalar el álbum a alguien, solo tenéis que ponerle una cinta bonita y quedaréis la mar de bien. Es totalmente neutra y no incluye ninguna identificación, por lo que se puede personalizar como queramos. La espuma interior es de un color muy similar a la propia caja, por lo que no molesta para nada, y cumple la importante función de proteger el álbum mientras está dentro: no habrá golpe que lo magulle. Aunque desconozco su durabilidad a lo largo del tiempo, a primera vista me pareció muy buena idea.

álbum fotográfico Saal
álbum fotográfico Saal

Actualización marzo 2020

Dada la actual situación por el coronavirus, que no me permite seguir haciendo sesiones fotográficas con normalidad, he abierto un servicio de maquetación de álbumes que he bautizado como #Albumí­zate, el álbum que nunca tienes tiempo de hacer, y para el que recurro, precisamente, a los álbumes de Saal Digital. Si tú también sufres con cientos o miles de fotos digitales desordenadas y perdidas entre dispositivos móviles y te gustarí­a darles una entidad y transformarlas en un álbum, pongo mi ojo a tu disposición. Solo tienes que contarme cuál es tu idea, dejarme ver las fotos y me pongo a seleccionar las mejoras y maquetar para ti.

Desde que escribí­ originalmente este artí­culo hará cosa de tres años, han cambiado algunas cosas en Saal. La oferta de productos se ha ampliado, y también se ofrece más variedad de acabados. La caja regalo, que originalmente costaba 25€, se ha encarecido a 40€, pero ahora se puede forrar de material sí­mil piel o lino natural, lo cual supone claramente una mejora en la calidad.

Las cubiertas también pueden tener un acabado más lujoso con materiales que imitan la piel o la madera, se pueden forrar con papel de encuadernar o con lino natural. El sobrecoste para estos materiales no es muy elevado. También se ha añadido la posibilidad de acolchar las tapas, para que sean más suaves y esponjosas al tacto y se vean más gruesas. En el apartado de las hojas, Saal ha decidido ir más allá del acabado brillo o lustre de su clásico papel fotográfico para agregar dos opciones más. En este caso se trata de papeles impresos con tinta, por lo que es de esperar que haya cierta trama, pero puede ser una buena opción para aquellas personas que busquen un tacto diferente. También está la posibilidad de pedir hojas muy gruesas (lo que Saal llama álbumes XG) para los que busquen un acabado más duro en las hojas. Personalmente no me parece necesario, a menos que te gusten los libros infantiles de hojas muy gruesas y duras 🙂

Cosas que no cambian: el código de barras de la contraportada se mantiene, y Saal ofrece la posibilidad de quitarlo por 5€. Personalmente es algo que no creo que haga falta para crear tus propios álbumes, puesto que el tamaño es muy pequeño y su ubicación no molesta. Lo que sí­ es algo más molesto, sobre todo para los que estamos acostumbrados a trabajar con laboratorios fotográficos profesionales, es la ausencia de guardas. Esos dos pliegos inicial y final de un material grueso que unan las cubiertas y la tripa marcan una diferencia que quizás la empresa deberí­a plantearse ofrecer, aunque sea como una opción más.

¿Y los álbumes de la gama profesional?
Saal introdujo una nueva gama llamada «álbum profesional», que se distinguen de los normales por ofrecer materiales más nobles en la cubierta. Concretamente, la tapa frontal se ofrece con una lámina de metacrilato para dar una profundidad especial a la portada. SIn embargo, a pesar de que es una buena noticia que la empresa piense también en acabados más lujosos, esta gama sigue adoleciendo de la falta de unas guardas.

Conclusión

Soy fan de Saal. Esa es mi conclusión 😀

No, ahora en serio, creo que tiene muchos puntos a favor: no es caro, la calidad de imagen es impecable (¡no os olvidéis de quitar el ajuste automático de las imágenes!) y la ausencia de logotipo «de serie» se agradece un montón. Permite maquetar a doble página sin miedo a perder imagen, ofrece distintas opciones de acabado por el mismo precio o por un pequeño sobrecoste, es relativamente robusto y la caja opcional le da un toque de distinción.

En resumen: son álbumes muy sencillos y sin florituras, pero funcionales, con una relación calidad-precio muy buena. Y, si os apetece explorar, en Saal-digital.es tienen una gama de productos mucho más amplia… Si os puedo resolver alguna duda o pregunta, si queréis más opciones, aquí­ estoy 🙂

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