Llevo días viendo cómo se viralizan en Facebook dos imágenes de un bebé recién nacido, con un texto que «invita» al espectador a contratar a un profesional si quiere asegurarse unos buenos resultados. La foto de arriba, la profesional, muestra a un bebé durmiendo, posado sobre un lecho rosa, con un tutú… en la foto de abajo, la amateur o doméstica, aparece un bebé tirado sobre una alfombra de pelo, puesto de cualquier forma, y con cara de no entender nada. La estampa capturada por la persona no profesional es muy mejorable, por supuesto.
No he comentado ni compartido el meme en mi muro por varios motivos, pero esencialmente porque, aunque entiendo el mensaje que se quiere tansmitir, creo que se hace de la forma equivocada. Sí, sin duda que un profesional sacará mejores fotos (o así debería ser). ¿Pero significa eso que todos los demás mortales no deberían hacer fotos? ¿Cómo se puede aprender si no empezamos por algún sitio? Y aunque no estemos aprendiendo, qué hay de esas impagables instantáneas familiares, desenfocadas, veladas, con flashazos en toda la cara… ¿dónde quedarían?
Creo que en nuestro empeño por educar al cliente sobre el valor de nuestro trabajo, desmerecemos el valor de la fotografía per se. Para mí, es el disfrute, la experimentación, la creatividad, pero sobre todo, el hecho de capturar recuerdos.
Creo que todos deberíamos animarnos a contratar a un profesional en alguna ocasión (empezando por los propios profesionales), y no solo por el resultado, sino por la experiencia que supone ponerse delante del objetivo. Una sesión fotográfica no es un mero trámite, es una vivencia. Pero también creo que todos podemos y debemos tomar fotos: clientes, aficionados, niños, madres y abuelas. Hay lugar para ambas cosas, y para más.
Por mi parte, si hay algo que intento grabar a fuego en mi mente es la costumbre de seguir disparando para mí, en cualquier momento, cuando el ojo me lo pide. Que nadie me quite todas mis instantáneas desenfocadas, veladas, con flashazos en la cara (bueno, vale, de esas apenas tengo), porque tienen un valor intrínseco que me hace disfrutarlas como nunca.
Aunque también os diré un secreto: no vale solo con disparar. Hay que materializar esas imágenes (aunque sean pocas) y poder disfrutarlas sin depender de la corriente eléctrica, en forma de copia, de álbum, o de imán para la nevera, eso no importa.
Victoria me ha encantado este post. No puedo estar mas de acuerdo!! La fotografía no está relegada a los porfesionales, es algo con lo que vivimos, nos pasamos el día haciendo fotos, subiéndolas al facebook, con el iphone, la tablet.. ¿Todas esas fotos no valen? Pues claro que si! son momentos!
Eso si, yo compartí la foto en mi muro porque no tiene desperdicio… aunque era un pelín exagerada jajajaja
No sabes lo que me ha gustado leerte!!!
Un post de 10 😉
Gracias Victí²ria, una reflexión muy enriquecedora para todo el mundo, no solo para los profesionales
Me ha encantado tu post!!! es verdad que es muy graciosa esa imagen, pero yo no la he compartido por lo mismo que transmites… Soy una fotógrafa aficionada, sin pretensiones, me encantaría haber podido contratar a un profesional cuando nacieron mis bebés, ojalá! pero no pudo ser, y tampoco tenía los conocimientos que tengo ahora, qué pena! pero aún así tengo cientos de momentos maravillosos con mis hijos en fotos que mejores o peores ahí estarán para siempre. A los que nos gusta la fotografía y la valoramos no nos pesa el dinero invertido en ella, al contrario, nada me gustaría más que contratar a un profesional para que nos hicieran fotos juntos, porque mami siempre está al otro lado de la cámara… cuando pueda hacerlo tendré mucho cuidado al elegirlo, porque también se ve cada cosa por ahí de «profesionales» (algunos de ellos seguro que habrán publicado ese chascarrillo tan alegremente) que vaya, vaya…jajajajaja …pero ahí ya entraríamos en otro debate…
Cómo dejar de lado la fotografía «hecha en casa» y los buenos momentos compartidos en el sofá alrededor de un álbum!!! .Muchas de mis fotos preferidas familiares dejan bastante que desear desde un punto de vista técnico o artístico pero las miro con «ojos de madre»…Aunque he de reconocer que me reido un buen rato con el famoso post del niño en la alfombra de pelo..
Me encanto, justo recién un amigo me envío un mensaje con la foto que tu haces mención.Es genial tu reflexión.
Lo siento pero no estoy de acuerdo! A mi me parece genial y súper divertida! Evidentemente que un profesional debería hacer mejores fotos, pero a veces los amateurs intentamos hacer fotos imitando a los profesionales y quedan fotos muy divertidas … Y a mi me ha recordado a eso, cuando alguna vez he intentado hacer una foto genial y me ha quedado digamos que divertida! ðŸ˜
Miriam, yo creo que sí que estamos de acuerdo… no tengo ningún problema con las dos fotos en sí (la profesional y la amateur), ni tampoco con el chiste. ¡¡Precisamente lo que reivindico es la libertad para disfrutar de la fotografía en todas sus vertientes!! 🙂
Lo que criticaba es el uso que se le ha dado en determinados contextos, donde parece que la lectura es «si no lo haces con un fotógrafo de verdad, no lo hagas porque da pena».
Yo tampoco estoy muy del todo de acuerdo. Por ejemplo, yo soy aficionada a la fotografía, mi pareja el profesional. Lo que entiendo que se parodia no es el limitar sólo la fotografía a profesionales, sino que más allá de querer immortalizar momentos caseros, no se subestime el trabajo de un profesional. Que ya digo yo que en el campo de new borns teneis un mérito impresionante. Hacer foto doméstica pretendiendo imitar la profesional, se aleja un poquito de disfrutar de immortalizar el momento. O
a mi entender, se realiza de forma premeditada, perdiendo por tanto la naturalidad e improvisación y espontaneidad de la fotografia casera. Yo no puedo pretender alcanzar aún vuestro nivel, pero tengo instantaneas caseras de mi familia geniales, pero meter a mi prima en una caja, fue premeditado, y el resultado… pues de risa. Creo que a eso se refiere la compartida imagen. Vuestro trabajo es loable, habeis trabajado muchisimo para ello. La fotografía amateur a mi entender , la casera, no va más allá de la premeditación de un montaje y por seamos claros, ahorrarse el dinero.
Esther, repito, creo que en el fondo pensamos algo muy parecido. No creo que quien hace estas fotos más de «risa» subestime al profesional – en todo caso al contrario, al intentar hacerlas, se dará cuenta también de lo complicado que puede ser conseguir determinados resultados. En cualquier caso, sea el motivo que sea el que impulsa a alguien a hacer esa toma (echarse unas risas, imitación, ahorrarse unos dineros), la consecuencia es que la foto está hecha: el recuerdo ahí, y eso -para mí- es impagable. Tanto si el resultado es de risa como si no, le acompañará toda la vida 🙂
Todo tiene su momento y su lugar. Lo realmente bonito de la historia es que la foto de abajo fue tomada hace unos años por alguien que hoy es fotógrafa profesional y sin duda que ella misma ve el resultado de la perseverancia 😉
Totalmente cierto. Cuánto amo algunas fotos de mis padres desenfocadas y casi destruidas. Gracias!! Nos vemos el 27! Besos!!